María León (Foto: Pedro Gato)
María León (Foto: Pedro Gato)

Casa de muñecas: Ibsen pervive en el siglo XXI

Una nueva versión del clásico ‘Casa de muñecas’ traslada la historia y sus protagonistas al Madrid contemporáneo.
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¿Podría existir en esta época una mujer como Nora, la protagonista de Casa de muñecas? Este cuestionamiento queda respondido en la nueva versión del clásico de Ibsen que se presenta en Madrid bajo la dirección de Lautaro Perotti. En su reformulación de la historia noruega, el dramaturgo Eduardo Galán propone una traslación espacio-temporal muy atrevida y que seguramente contará con una infinidad de detractores: los protagonistas de esta Casa de muñecas ahora viven en Madrid en el año 2025 y se rigen por los valores actuales de la sociedad. Un titánico esfuerzo por traer una historia ancestral al contexto contemporáneo.

 

Esta entrevista deriva de la conversación con Perotti efectuada durante uno de los ensayos previos al estreno madrileño.

María León & Santi Marín (Foto: Pedro Gato)

Lautaro, siempre he creído que a los clásicos hay que destrozarlos para poder recrearlos porque ya nadie quiere ver lo que sucedió hace 150 años. ¿Cómo llegaste a esta versión de Casa de muñecas?

“Busqué por varios lados pero con una sola inquietud: qué puedo aportarle a Casa de muñecas que no lo haya hecho ya el teatro universal. Entonces, uno empieza a buscar referencias, inspiraciones y yo lo que realmente hice fue centrarme en el texto. Buscaba volver a Ibsen, tratar de descubrir qué es lo que él quiso generar en la sociedad o, como mínimo, en los espectadores de hace 150 años.

Había que volver al texto, a su esencia y me ocupé fundamentalmente de eso. Una vez que entendí qué es lo que Ibsen quería, supe que necesitaba provocar que el público se generara preguntas al salir de la obra. Lo que buscamos es que la obra sea la misma a través de la versión de Eduardo Galán, pero acercándola al público.

Por eso fue muy inteligente instalar a Nora y a su familia en Madrid, aquí en 2025. Nora es una mujer que trabaja media jornada y que tiene intención de estudiar; mientras que Osvaldo, su marido, está instalado en esta sociedad. Y trasladarlos a nuestros días me ayudó a potenciar justamente ese acercamiento”.

Santi Marín &María León (Foto: Pedro Gato)

En cuestiones de uso del lenguaje, no se sabe exactamente cómo hablaban las personas hace 150 o 200 años, pero mudar la obra a un contexto contemporáneo es la clave para que estas nuevas generaciones puedan acceder a ella mediante un habla que les resulte familiar.

“Claro. Porque a mí me parece que el peligro de tomar a los clásicos como una pieza de museo es que va en contra de lo que Ibsen, concretamente en este caso, quiso hacer con su obra. Él le estaba hablando a su sociedad y eso le trajo problemas y controversias.

Me parece interesante tratar de generar ese diálogo nuevamente, más allá de las formas de hablar de Oslo o de Madrid. Porque, en definitiva, se está abordando un problema absolutamente vigente. Y si bien hubo una evolución muy grande del rol de la mujer, una revisión muy grande del machismo, el patriarcado y una reubicación del rol del hombre dentro de la sociedad, hay mucho más que lograr.

Yo, con 50 años, descubro que fui educado en una sociedad machista y que hay algunos resabios que sigo manteniendo y lucho contra ellos día a día. Y me parece que lo interesante de volver a hacer Casas de muñecas tiene que ver con eso, con que quizás hayan cambiado cosas, pero lo esencial todavía no está modificado del todo”.

María León & Patxi Freytez (Foto: Pedro Gato)

Creo que en piezas como esta, la atención siempre recae en la protagonista. Y particularmente este personaje siempre está condenado a una dicotomía de amor/odio con el público. La gente siempre dirá: es muy joven/es muy vieja; le falta garra/está exagerada; tiene el cabello muy largo/debería cortarse el cabello. ¿Cuál es tu concepción para esta versión de Nora?

“Para mí, Nora es una mujer valiente, educada en una sociedad con reglas que no son abiertamente machistas, pero con grandes dejos machistas. Ella tiene resabios machistas en su formación y creo que el gran valor de ese portazo final que da Nora tiene que ver con una reflexión interna de ella, con ella descubrirse quién realmente es y quién cree y desea ser”.

Cristina Linde, Santi Marín, María León & Alejandro Bruni (Foto: Pedro Gato)

La escenografía está diseñada en islas que permiten mucha movilidad: entran y salen para recrear los distintos ambientes físicos de las escenas. Desde luego, las maniobras las realiza el propio elenco pero eso le imprime un gran dinamismo que hace sinergia con la condensación del texto propuesto por Eduardo Galán.

“Trabajamos mucho con Lua Quiroga, la escenógrafa, para encontrar un dispositivo escénico que nos permitiese construir una fantasía en la que esta casa de muñecas se pudiera ir construyendo con dispositivos escenográficos que tienen movimiento en escena. Ir construyéndola y que vaya evolucionando constantemente durante la historia para que Nora empiece a moverse en esta casa de muñecas hasta que pueda destrozarla.

Porque para mí ese viaje que hace Nora dentro de su casa, también es un trayecto dentro de sí misma. Una reflexión interna que le permite evolucionar. Y en tanto nosotros veamos la singularidad, lo puntual de esta historia nos podemos reflejar desde afuera y podemos entender cosas de nuestra vida para hacernos preguntas y planteamientos”.

María León (Foto: Pedro Gato)

Dejemos a un lado Casa de muñecas y ahora quiero centrarme en ti. Este funcionamiento poliédrico que tiene Timbre 4 les permite a ustedes: conocer, explorar y reconocerse en distintos aspectos del espectáculo teatral.

“Mira, sí. Es un poco la esencia nuestra, por lo tanto, es la esencia de Timbre 4. Nosotros fomentamos el trabajo en equipo y procuramos que Timbre 4 sea un espacio que permita probarnos en distintos roles, desafiarnos, movernos de lugares cómodos, pero por sobre todas las cosas, un lugar que nos permita desarrollarnos en nuestras necesidades y búsquedas individuales”.

Santi Marín & María León (Foto: Pedro Gato)

Lautaro, eres un todoterreno del teatro. Qué te gusta más: ¿actuar, dirigir, escribir?

“Disfruto mucho de todas estas cosas. Realmente, ¿eh? En este momento estoy dirigiendo y estoy encontrando a través de la dirección muchas respuestas y soluciones a inquietudes personales; y eso me da muchísimo placer. A mí no me gustaría casarme con ninguno de estos aspectos. A mí me gusta el teatro y disfruto de contar las historias que a mí, por algún motivo, me conmueven. Y mientras despierten alguna pregunta o inquietud en el espectador, creo que mi función se cumple. En este momento estoy dirigiendo, pero mañana voy a estar actuando, también estoy escribiendo y completando algunas otras cosas más. O sea que no me inquieta no instalarme en un lugar, prefiero estar en movimiento”.

Y bueno, ya nada más queda recodar que la temporada en Madrid es limitada, pero que van a seguir moviéndose por todo el país e irán a otras ciudades.

“Sí, hemos hecho una gira muy linda hasta aquí, recorriendo muchos lugares de España. Ahora estaremos casi un mes y medio aquí en Madrid y seguirá una gira importante que tenemos este año y parte del que viene. Así que muy felices”.

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