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Cómo disfrutar las fiestas navideñas en Nueva York sin aglomeraciones ni estrés

Nueva York en Navidad combina luces deslumbrantes, chocolates calientes irresistibles y tradiciones culturales únicas. Descubre cómo disfrutar de esta temporada mágica sin estrés ni aglomeraciones.
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La temporada navideña en Nueva York es sinónimo de magia, luces, sabores únicos y tradiciones inolvidables. Sin embargo, entre las multitudes y los elevados precios, disfrutar de la Gran Manzana durante diciembre puede ser tan desafiante como emocionante. Afortunadamente, los neoyorquinos tienen sus propios secretos para vivir esta época al máximo. Aquí te ofrecemos una guía completa para que disfrutes de la Navidad en Nueva York como un auténtico local.


Los Secretos de los escaparates y luces navideñas

Aunque este año el espectáculo de luces de Saks Fifth Avenue no iluminará la ciudad, otros escaparates no decepcionan. Los de Bergdorf Goodman, con su temática inspirada en el 200 aniversario de la Quinta Avenida, son una obra de arte. Entre sus vitrinas más destacadas, la que representa la Biblioteca Pública de Nueva York combina máquinas de escribir, escritores famosos y los emblemáticos leones de mármol.

Para una experiencia más tranquila, ve temprano o cerca de la medianoche, especialmente si planeas ver el árbol de Navidad del Rockefeller Center, donde las multitudes son la norma. Por otro lado, los árboles de los parques de barrio, como el de Washington Square Park, ofrecen una experiencia más íntima. Aquí, el concierto de villancicos del Rob Susman Brass Quartet en Nochebuena es una tradición imperdible.


Atracciones culturales y espectáculos inolvidables

Nueva York alberga una variedad de atracciones que brillan especialmente en Navidad. Entre ellas destaca el Espectáculo del Tren Navideño en el Jardín Botánico de Nueva York, donde trenes en miniatura recorren una réplica de la ciudad. En Brooklyn, el Lightscape del Jardín Botánico transforma la noche con instalaciones lumínicas ideales para fotos memorables.

En el ámbito de los museos, el Metropolitan Museum of Art deslumbra con su árbol de Navidad y belén barroco, mientras que el Merchant’s House Museum ofrece una interpretación íntima de Canción de Navidad, recreando un ambiente victoriano auténtico. Si buscas grandes producciones, el Lincoln Center ofrece dos clásicos: El Cascanueces, de George Balanchine, y La Flauta Mágica, de Julie Taymor, una experiencia mágica para toda la familia.


Delicias navideñas para calentar el alma

En invierno, nada mejor que una bebida caliente, y Nueva York ofrece chocolates irresistibles. En la pastelería Frenchette, su chocolate caliente espeso y coronado con malvavisco quemado es un lujo asequible. Por su parte, Dominique Ansel Bakery sirve un chocolate donde el malvavisco florece al contacto con el líquido caliente, un espectáculo tanto visual como gustativo.

Para los aventureros, Jacques Torres en Dumbo añade un toque picante con su chocolate “perverso” al chipotle, mientras que MarieBelle combina especias como canela y nuez moscada en un ambiente parisino. Otros favoritos incluyen Angelina, cerca de Bryant Park, con su mezcla de tres chocolates, y Roni-Sue’s Chocolates, una joya escondida en el Lower East Side.


Compras navideñas fuera de lo común

Para regalos únicos, evita las multitudes de Macy’s y Bloomingdale’s y visita tiendas más pequeñas como Delphinium Home en Hell’s Kitchen, conocida por sus adornos navideños y regalos extravagantes. En el Bronx, el Mercado Minorista de la Avenida Arthur ofrece delicias italianas auténticas y un espectáculo artesanal de torcedores de puros.

Los mercados navideños al aire libre de Bryant Park, Union Square y Columbus Circle también son ideales para encontrar productos locales y artesanales. Si buscas nostalgia, Economy Candy, en el Lower East Side, es un paraíso de dulces que evoca recuerdos de la infancia.


Lugares para relajarte con estilo

¿Buscas un ambiente más relajado? El famoso restaurante alemán Rolf’s está completamente reservado, pero Pete’s Tavern, cerca de Gramercy Park, ofrece un cálido ponche de huevo con bourbon en un ambiente festivo. Para algo más exclusivo, el Bar Bemelmans en el Hotel Carlyle sirve martinis clásicos en un entorno elegante, ideal si llegas temprano.

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