Judy Chicago, la pionera del arte feminista, lleva desde los años 60 cuestionando el papel del género en el arte y el canon masculino pero es solo ahora, a los 84 años, cuando ve que su “lucha y perseverancia” dan sus frutos con una gran exposición en Nueva York.
“Hace tiempo que vengo diciendo que confío en la historia del arte. Por fin veo que mis años de lucha y perseverancia como artista femenina dan sus frutos con esta muestra, ‘Judy Chicago: Herstory’, mi primer estudio de importancia en un museo de Nueva York”, asegura Chicago en una entrevista con EFE.
“Ver materializada esta exposición -continúa- me ha permitido darme cuenta de que una de las razones por las que mi trabajo ha estado tan marginado durante tanto tiempo es que los múltiples contextos de mi trabajo han sido desconocidos para el mundo del arte”.
“Siento que mi historia, junto con la de tantas otras mujeres artistas, por fin está siendo contada”, añade.
Será en octubre cuando se abra la exposición en el New Museum, donde por primera vez se reunirá obra de sus 60 años de carrera. Todas sus contribuciones en pintura, escultura, instalación, dibujos, fotografía, vidrieras, costura y grabado.
Seis décadas de trabajo de la artista que también estará en diálogo con la obra de otras mujeres a lo largo de los siglos, en una instalación con el nombre de “La ciudad de las damas”.
“Uno de mis objetivos como artista es superar el borrado de las aportaciones culturales de las mujeres. Lo he hecho de varias maneras, creando arte y escribiendo 15 libros, incluida mi nueva autobiografía, que acaba de salir con el título ‘The flowering'”, subraya.
Chicago, pintora, escultora, pedagoga y ensayista, es muy conocida por grandes instalaciones, como “The Dinner Party”(1979) considerada la primera obra de arte feminista, y “Birth Project”, donde repasa los roles de la mujer en la civilización occidental.
La artista multidisciplinar comenzó mezclando los estereotipos de las supuestas habilidades femeninas, como bordados o costura, con algunos de los asignados a lo masculino, como la soldadura y la pirotecnia.
Y también fue pionera en pintar de forma abstracta los órganos sexuales, primero masculinos y luego femeninos en sus obras.
“He utilizado mi arte y sus temáticas para crear conciencia sobre estos temas. He tratado de llenar el vacío en temas como historia de la mujer, parto, genocidio, masculinidad tóxica, poblaciones vulnerables, derechos de animales y ambientales”, argumenta.
Un arte que ha llevado ahora a un soporte menos habitual, el de las tazas, con una colección en la que ha plasmado los logros de las mujeres en una colección de tazas llenas de vibrantes colores.
Un soporte antes utilizado por otros artistas internacionales como Marina Abramovic, Robert Rauschenberg, Jeff Koons o Julian Schnabel. Todos ellos han participado en ediciones anteriores de la “illy Art Collection”, las ediciones especiales de las icónicas tazas de esta marca de café italiana.
“Las tazas se basan en algunas de las pinturas de mi serie ‘Great ladies’, en la que cada una representa una mujer importante en la historia“, explica la artista (Chicago, 1939).
Judith Sylvia Cohen Chicago, su nombre originario, sigue siendo una gran activista y teórica y asegura que “ver que gran parte del mundo retrocede en los derechos de las mujeres, la reproducción, el colectivo LGTBQ o los temas ambientales”, le sirve “de acicate para continuar creando arte que eduque y promueva el cambio”.
“Mi arte siempre ha querido crear conciencia, motivar el activismo e impulsar el cambio de la historia de las mujeres y los derechos humanos, la protección del medio ambiente y los derechos de los animales. Aunque los medios con los que trabajo puedan cambiar, he mantenido a lo largo de mi carrera de 60 años que el arte se puede utilizar para crear un cambio significativo”, concluye la mítica artista. EFE