Jasmine Amy Rogers y ensamble (Foto: Matthew Murphy & Evan Zimmerman)
Jasmine Amy Rogers y ensamble (Foto: Matthew Murphy & Evan Zimmerman)

Del cómic a la Gran Manzana: Boop! el musical

Un divertido musical en Broadway que moderniza la historia de Betty Boop, el personaje clásico de las tiras cómicas.
- Recomendamos -

Betty Boop es un popular personaje de la cultura pop estadounidense cuya iconografía trasciende a todos los ámbitos de la cotidianidad. Semejante a Superman o Los Simpson, la industria cultural de los Estados Unidos ha otorgado a esta caricatura femenina una categoría de símbolo omnipresente.

Jasmine Amy Rogers (Foto: Matthew Murphy & Evan Zimmerman)

Así que no es de extrañar que el musical Boop! sea el debut en Broadway de la intrépida muñequita. Este deslumbrante montaje es dirigido y coreografiado por el talentoso Jerry Mitchell, responsable de éxitos como Kinky Boots y On Your Feet!; con música del multipremiado David Foster, quien fuera el productor del álbum del montaje original de Dreamgirs; letra de Susan Birkenhead, reconocida por High Society y Jelly’s Last Jam; y un guion de Bob Martin, que entre su autoría se cuentan musicales como The Drowsy Chaperone, Elf y The Prom.

Jasmine Amy Rogers y ensamble (Foto: Matthew Murphy & Evan Zimmerman)

Las raíces de Betty Boop sugieren que sus creadores, Grim Natwick y Max Fleischer, se inspiraron en la estrella del cine silente Clara Bow (nacida en Brooklyn) y en la cantante Helen Kane (oriunda del Bronx). Es decir, el personaje fue completamente neoyorquino desde sus orígenes y con ello se justifica que toda la acción del musical Boop! se desarrolle enteramente en Nueva York… Incluso se puede decir que, en la historia, es gracias a la participación de Betty que la Gran Manzana moderna se libra de un corrupto gobernante y decide empoderar a una honesta candidata en la Alcaldía de la ciudad.

Angelica Hale y Jasmine Amy Rogers (Foto: Matthew Murphy & Evan Zimmerman)

La anécdota central de Boop! es muy semejante a la empleada en el reciente filme de Barbie (Greta Gerwig, 2023): la emblemática protagonista atraviesa una crisis existencial en la que cuestiona su transcendencia y decide ‘enfrentar al mundo real’ para entender cuál es su legado en el universo. Mas a diferencia del convertible de Barbie, Betty Boop posee un sillón mágico que abre un portal interdimensional que conecta el mundo en blanco y negro de sus animaciones cómicas con el Nueva York del 2025.

Jasmine Amy Rogers y ensamble (Foto: Matthew Murphy & Evan Zimmerman)

Así que Betty Boop realiza este viaje existencial a una dimensión desconocida que, sin embargo, le es familiar pues sigue en Nueva York, aunque ahora es una heroína de ‘carne y hueso’. Afortunadamente, Betty ingresa a este universo justo en una Comic Con que se efectúa en el Javits Center; por lo que su característica apariencia sexy-inocente es entendida como si fuera un cosplay diseñado para el evento. Y es precisamente en esta convención de fanáticos que la protagonista conoce a Trisha, una devota seguidora que siempre lleva un detalle de Betty Boop en su vestuario. A partir de este providencial encuentro, la amistad entre ambas se consolida y será la familia de esta joven quien mostrará a Betty Boop el mundo real que tanto ansía conocer.

Stephen DeRosa, Jasmine Amy Rogers y Phillip Huber (Foto: Matthew Murphy & Evan Zimmerman)

Boop! es, desde luego, un musical sobre el empoderamiento femenino. Ya sean profesionistas, muchachitas o estrellas, todas las mujeres de la historia se redimen y encuentran el triunfo a pesar de cohabitar un imperio patriarcal. Y esto es un buen mensaje para todas las jóvenes mentes que acuden al teatro, pues la mercadotecnia del montaje intenta posicionarlo como un musical para toda la familia. Irónicamente, esta no es la primera vez que el personaje de Betty Boop se somete a un tratamiento light: ya en 1934 el Código Hays, los lineamientos de la censura en Hollywood, había obligado a la muñequita a bajarle de tono a su sensualidad para adoptar una postura más acorde con el conservadurismo imperante.

Stephen DeRosa y Faith Prince (Foto: Matthew Murphy & Evan Zimmerman)

Pero lo que más deslumbra de Boop! es que se trata de un musical al más puro estilo de Broadway: jovial y fulgurante. Con impresionantes secuencias de baile donde Mitchell despliega su talento. En una onírica escena Nueva York oscila en el tiempo y el color como si se tratara de un movimiento pendular: a través de proyecciones la ciudad va del blanco y negro al color en un santiamén y los bailarines ejectuan sus coreografías con un colorido vestuario al frente y por detrás llevan tonos de gris.

Sobra decir que al término de la función el público queda desbordándose de júbilo y contagiado de las enérgicas escenas. Y es de entenderse, pues han presenciado uno de los montajes más apegados al espíritu de Broadway que solo una genialidad como la de Jasmine Amy Rogers logra alcanzar. Y con esta interpretación, la novel estrella adquiere un estatus de primerísima dama del musical.

 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Artículos más recientes

Próximos eventos