Fotografía por Fernando Gazzaniga
Fotografía por Fernando Gazzaniga

Descubre la ‘pequeña Buenos Aires’ del territorio neoyorquino

Cuando un rincón de nuestra patria está más cerca de lo que uno pudiera imaginarse, es imposible no compartirlo. A tan solo un viaje en el metro, cualquier nostálgico puede llegar al barrio más panamericano de Queens.
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Los viajeros que han paseado por las calles de Buenos Aires saben que es una ciudad que mezcla la influencia de tres grandes capitales europeas: Madrid, París y Roma. Basta con sentarse en cualquier café porteño o entrar en cualquier panadería y uno se sentirá en la capital francesa, o en cualquier gelateria italiana.

Y su repostería (como buen país de inmigrantes) no es ajena a esta oferta. Su amplia variedad ofrece un inagotable número de opciones para todos los paladares e incluso bolsillos.

Gran parte de las tortas y pasteles tienen una evidente base francesa, alemana e incluso danesa. Sobre todo en la Patagonia argentina donde se asentaron tantos daneses e hicieron de sus tortas un símbolo de ese rincón del mundo.

Los hojaldres, por ejemplo, están presentes en casi todas las opciones de pastelería, y desde ahí un sinfín de opciones que van desde un cruasán (o medialuna) de mantequilla, rellenas con crema pastelera o dulce de leche, pasando por palmeritas (misma masa arrollada desde los extremos hacia el centro formando una especie de corazón) o los infaltables cañones (también con la misma masa base) pero cocida en forma de tubo, cuyo interior está siempre relleno de dulces, por lo general se usa el tradicional de leche.

Todas estas opciones y, muchas más, se encuentran en las panaderías argentinas con el nombre de ‘facturas’. Se venden por docena y el cliente puede eligir cuantas quiera sin importar la variedad. Se consumen básicamente a la hora del desayuno, los fines de semana o la hora de té/mate por las tardes.

Los budines o tortas, ya sean con base de manteca o más aireadas como los bizcochuelos, también son un clásico que no faltan en ninguna celebración. Y para quienes viajen por el sur del país, los budines con frutas o nueces e incluso las mermeladas, son infaltables en las compras del último día.

Durante un día de intensa nostalgia, me decidí a buscar alguno de esos manjares en ‘la ciudad que nunca duerme’ y, sorpresivamente, di con un lugar que ofrece mucho más que las opciones mencionadas y está aquí, a unas pocas paradas de metro, en un barrio que donde se respira la esencia latinoamericana: ¡Queens!

Un pequeño espacio sobre la avenida Corona, que ofrece todo lo antes mencionado y muchos más productos panificados. Me refiero a la panadería @ríodelaplata que deleita a sus clientes con un sinfín de pasteles, tortas, postres, mini-facturas, panes, galletas, además de sándwiches de miga (elaborados solo a base de la miga del pan), empanadas de sabores, variedades de yerba mate, dulce de membrillo (tan difícil de encontrar), el infaltable dulce de leche, al igual que tés, especias, chocolates y alfajores.

Casi todos los productos se hornean en el día. Y los ingredientes en su mayoría son importados (por ejemplo, los dulces). Abren todos los días y tienen servicio de cafetería ideal para ‘recargar energías, en especial quienes llegan de lejos para efectuar sus compras, que podrán volver a casa con el corazón y el estómago llenos.

Sé que hablar de Queens y sus variedades gastronómicas latinoamericanas no es novedad. Sin embargo, encontrar el verdadero sabor a la patria no es cosa simple y aquí se consigue con claridad. Así que, si el próximo fin de semana no tienes plan, qué mejor que adentrarte hasta la pequeña Buenos Aires para saborear las delicias de una gastronomía que mezcla lo mejor de Europa y Sudamérica.

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