Patricia Guerrero y Alfonso Losa

El flamenco enamora a Nueva York: Mil niños vibran con Patricia Guerrero y Alfonso Losa

Patricia Guerrero y Alfonso Losa desataron la pasión flamenca en el New York City Center ante un millar de niños neoyorquinos en el marco del Flamenco Festival de Nueva York. Con "Alter ego", los pequeños espectadores reaccionaron con asombro, "olés" y aplausos espontáneos, demostrando el poder universal del arte jondo. Los artistas sueñan con ver iniciativas similares en España, donde el flamenco pueda presentarse a los más jóvenes en grandes teatros.
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Nueva York se rindió ante el flamenco en una función muy especial. En el histórico New York, City Center, un millar de niños de colegios públicos de los cinco distritos de la ciudad asistieron a una representación inolvidable de Alter ego, el espectáculo protagonizado por los bailaores Patricia Guerrero y Alfonso Losa. La obra, que ya ha cosechado importantes premios en España, se presentó por primera vez ante un público compuesto exclusivamente por niños, en el marco del Flamenco Festival de Nueva York.

Un teatro convertido en pequeña ONU

Desde tempranas horas de la mañana, los icónicos autobuses escolares amarillos comenzaron a llegar al teatro, transportando a los estudiantes desde el Bronx, Brooklyn, Queens, Staten Island y Manhattan. La diversidad del público era palpable: niños blancos, negros, hispanos, asiáticos y de distintas culturas compartieron la experiencia del arte flamenco.

Cuando las luces se apagaron, el bullicio y la expectación dieron paso a un silencio absoluto. Sobre el escenario, los bailaores permanecieron inmóviles, mientras los músicos y cantaores esperaban el momento preciso para comenzar. El primer acorde de guitarra rompió el mutismo con un enorme “ohhhh” de asombro por parte de los pequeños espectadores.

Lo que siguió fue una mezcla de emoción, espontaneidad y descubrimiento. Los niños respondieron con entusiasmo, lanzando “olés” y expresiones de admiración en los momentos álgidos del espectáculo, pero también guardando respetuosos silencios cuando la intensidad del baile lo requería.

Una experiencia inolvidable para los artistas

Para Patricia Guerrero, esta no fue la primera vez que experimentaba el fervor infantil en Nueva York. En 2012, cuando era solista del Ballet Flamenco de Andalucía, actuó ante más de 2.000 niños en este mismo teatro. “Los niños no tienen filtro: si les gusta, aplauden y gritan ‘olé’ sin parar. Y eso nos motiva muchísimo”, comentó la bailaora granadina.

Para Alfonso Losa, en cambio, fue la primera vez que se presentó ante un público exclusivamente infantil, y la experiencia lo dejó maravillado. “Los niños reaccionan de manera muy natural, sin prejuicios. Se entregan completamente al arte cuando algo les emociona”, expresó el bailaor madrileño.

Ambos artistas coincidieron en la necesidad de que en España existan iniciativas similares que acerquen el flamenco a los más pequeños en grandes teatros. “Ojalá esto se hiciera en España. Los niños españoles no saben lo que es este arte. Se hacen cosas, pero en salas pequeñas, para muy pocos colegios. ¿Te imaginas un espectáculo así en el Teatro Real? ¡Sería increíble!”, reflexionó Patricia Guerrero.

El flamenco en las aulas y en los escenarios

En Nueva York, la enseñanza del flamenco no se limita a la experiencia teatral. En muchas escuelas, los niños reciben clases previas y posteriores a los espectáculos impartidas por expertos en el arte jondo, lo que les permite entender mejor lo que ven en escena.

En España, la reciente incorporación del flamenco como asignatura optativa en algunos centros de Andalucía es un avance, pero Guerrero cree que aún hay camino por recorrer. “No es lo mismo explicarlo en un aula que verlo en vivo, sentirlo en un teatro. El impacto es mucho mayor”, explicó.

Desde su papel como directora del Ballet Flamenco de Andalucía, Guerrero ha abierto las puertas a colegios y conservatorios para que los jóvenes puedan asistir a sus montajes, pero insiste en la importancia de iniciativas a gran escala que permitan llevar el flamenco a los escenarios más prestigiosos del país.

Una conexión universal con el flamenco

La función de Alter ego no solo conquistó a los niños neoyorquinos. Por la noche, el público adulto también respondió con ovaciones y emoción desbordante. “Es un espectáculo muy visceral y muy de verdad. Conecta muchísimo con la gente, sea de la edad que sea”, afirmó Guerrero.

La energía entre los bailaores en el escenario y la conexión con el público convirtieron la jornada en un momento mágico tanto para los artistas como para los espectadores, demostrando una vez más que el flamenco es un arte sin fronteras y capaz de emocionar a cualquier edad.

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