Chanel regresó a Nueva York para presentar su colección Métiers d’Art 2026 con un desfile que marcó el debut de Matthieu Blazy como nuevo director artístico de la maison. En una estación de metro abandonada del Lower East Side, el creativo francés redefinió la esencia del lujo al integrarla en uno de los espacios más democráticos de la ciudad, capturando el espíritu vibrante de la Gran Manzana.
La firma francesa, acostumbrada a escenarios monumentales como el Grand Palais, sorprendió a sus invitados con un ambiente cargado de nostalgia urbana: kioscos de periódicos, tornos vintage y bancos típicos del metro, todos revestidos en tonos naranja tostado. Desde un tren que irrumpió en la estación surgieron las modelos, evocando viajeros anónimos en un ballet que reflejó la diversidad neoyorquina que inspiró a Blazy.
La colección rindió homenaje tanto a las sensibilidades extravagantes de Nueva York como al archivo histórico de la maison. Inspirado en figuras de los años 70 y 80, así como en su paso por Calvin Klein, Blazy presentó personajes que encarnaban la energía de la ciudad. A la vez, incorporó guiños al legado de Gabrielle Chanel, como la reinterpretación en tweed del icónico look de Gloria Swanson en Tonight or Never, vinculando pasado, presente y narrativa cinematográfica.
Con diseños que recorrieron décadas —desde peinados colmena de los años 20 hasta sastrería poderosa de los 80—, la propuesta destacó por el virtuosismo artesanal de los talleres de la maison. Motivos de leopardo tejidos a mano, sedas que imitaban astracán y efectos visuales meticulosos demostraron el dominio de Blazy del trampantojo. El cierre del desfile dejó claro que Chanel atraviesa un cambio significativo y emocional, inaugurando un nuevo capítulo desde un lugar tan inesperado como simbólico: un metro convertido en templo de alta costura.










