Val Kilmer, el reconocido actor de Hollywood que dejó una marca indeleble en la industria del cine, ha fallecido a los 62 años, luego de una valiente batalla contra el cáncer de garganta, enfermedad que le fue diagnosticada en 2014. A pesar de perder la voz como consecuencia del tratamiento, Kilmer continuó mostrando su resiliencia en la pantalla. Su última aparición fue en Top Gun: Maverick (2021), donde hizo un emotivo cameo como Iceman, el icónico papel que lo catapultó a la fama en 1986, una despedida llena de emoción para los fanáticos y colegas que lo habían admirado durante décadas.
El legado de Kilmer se extiende más allá de su papel en Top Gun. En 1991, interpretó a Jim Morrison en The Doors de Oliver Stone, una actuación que le valió elogios por su habilidad para capturar la esencia del legendario líder de la banda. También encarnó a Batman en Batman Forever (1995), consolidando su versatilidad en la pantalla grande. A pesar de algunos fracasos comerciales a lo largo de los años 2000, Kilmer continuó su carrera en el cine independiente, un giro que le permitió explorar proyectos más personales y experimentales.
En los últimos años, el actor regresó al teatro con una obra sobre Mark Twain, pero sus problemas de salud lo alejaron nuevamente de los escenarios. En 2021, el documental Val, presentado en el Festival de Cannes, ofreció una mirada íntima a su vida, destacando tanto sus logros en Hollywood como los desafíos personales y de salud que enfrentó con valentía. El filme mostró a un Kilmer dispuesto a compartir su historia, desde su juventud en la prestigiosa Academia Juilliard hasta su ascenso en la industria del cine.
Kilmer, que fue la persona más joven en ingresar a la Academia Juilliard, comenzó su carrera en el teatro antes de conquistar el cine. Su contribución al mundo del entretenimiento será recordada por generaciones de fans y profesionales que lo vieron brillar en cada uno de sus papeles, dejando un legado que perdurará más allá de su partida.