El reconocido director de orquesta Gustavo Dudamel ha destacado el poder de la música para transformar vidas y unir a las comunidades en un mundo cada vez más polarizado. En su ensayo para la serie Turning Points, Dudamel reflexiona sobre la relación entre el individuo y la sociedad, destacando cómo la música orquestal puede ser una metáfora perfecta para encontrar armonía en la diversidad. Según Dudamel, la clave radica en escuchar al otro y trabajar juntos hacia un objetivo común.
Dudamel compartió sus experiencias liderando orquestas en todo el mundo, desde la Orquesta Juvenil de Los Ángeles hasta la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela, donde ha sido testigo de cómo la música brinda identidad y propósito, especialmente a los jóvenes. “Cuando le das a un niño un instrumento, le das una voz y le recuerdas que su voz importa”, afirmó, recordando su infancia en El Sistema, el célebre programa de educación musical de su país natal.
En medio de los desafíos globales, como los recortes en la educación artística y el agotamiento pospandemia, Dudamel hace un llamado a reforzar la conexión entre las personas a través de la música. “La música no es solo entretenimiento. Nos ayuda a comprender quiénes somos y cómo encajamos en el mundo”, señaló. Este verano, dirigió a 170 músicos venezolanos en el Carnegie Hall, resaltando el poder de la esperanza y el amor en tiempos difíciles.
Además de tender puentes entre culturas y géneros musicales, Dudamel reflexiona sobre la importancia de resaltar la música de artistas latinoamericanos. Desde Gabriela Ortiz hasta Natalia Lafourcade, el director celebra el alma y el ritmo de la cultura latina, mientras busca trazar una línea entre el pasado y el presente en su misión de amplificar la voz musical panamericana.
Como nuevo director de la Filarmónica de Nueva York, tras 17 años en Los Ángeles, Dudamel reitera su compromiso con la creación de un futuro más armónico y esperanzador. “Ahora más que nunca, debemos trabajar juntos, más allá de fronteras y creencias, para crear algo hermoso”, concluyó, inspirando a otros a encontrar en la música un espacio para la unidad y la resiliencia.