Danny DeVito en I Need That
Danny DeVito en I Need That

I Need That: acumular objetos para sobrevivir al dolor

El público neoyorquino o que visita Broadway, solo tiene hasta fin de año para ver la obra I Need That, protagonizada por Danny DeVito.
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Desprenderse de los objetos queridos siempre resulta difícil, pues una de las características más peculiares del humano es aquella práctica de asignarle a un objeto una especial valía. Esta particular conducta adquiere dimensiones de trastorno cuando la persona se ve imposibilitada de desprenderse de sus objetos y empieza a acumularlos. Esta es la idea que la dramaturga estadounidense Theresa Rebeck desarrolla en su obra I Need That, título que en español sería algo así como Lo necesito.

Protagonizada por el talentoso Danny DeVito, I Need That es una comedia aparentemente ligera pero que en realidad posee un trasfondo mucho más profundo en el que se abordan temas como la vida conyugal, las relaciones paterno-filiales y, desde luego, el desorden conductual conocido como acumulamiento compulsivo. El famoso y diminuto actor es acompañado en escena por su hija en la vida real, Lucy DeVito, quien convenientemente interpreta a la hija del personaje principal (Amelia) y por Ray Anthony Thomas, a cargo del papel de su mejor amigo (Foster).

La historia describe una desoladora existencia de Sam (DeVito) quien tras la muerte de su esposa desarrolla el hábito de acumular cada objeto que llega a su vida. La obra comienza justo en el exacto momento en que dicha conducta le ha traído complicaciones con sus vecinos, quienes lo han reportado a las dependencias gubernamentales de Limpieza y Sanidad y hasta al Departamento de Bomberos. Su hija Amelia entra en escena para conminarle a que limpie su casa para evitar el desalojo de la propiedad. Desde luego, Sam promete hacerlo en cada visita de Amelia, pero su avance siempre resulta nimio ante el titánico esfuerzo que require la limpieza de la casa.

El tercer personaje que entra en acción es el señor Foster, un viejo amigo de la familia que se ha convertido en el único vínculo que tiene Sam con el mundo exterior, pues además de acumulador también se ha convertido en un ermitaño. Pero el propio Foster también se encuentra combatiendo sus propios demonios, pues su precaria situación económica lo está orillando a mudarse de estado para vivir en casa de su hijo y ayudar en el cuidado de sus nietos. Pero dejemos hasta aquí el relato de la trama, pues desvelar más detalles sería estropear la historia para todos aquellos que tengan pensado acudir a ver este montaje.

La escenografía diseñada por Alexander Dodge permite al público conocer la apariencia de la casa en conflicto tanto por dentro como por fuera; es incluso es tan efectiva que se pueden percibir los cambios conforme se van presentando en la historia. Desde luego, este recurso no deja de sorprender a la audiencia pues los movimientos giratorios del set resultan impresionantes.

Ahora bien, a nadie le causa extrañeza la vis cómica de Danny DeVito, cuyo timing es impecable y su sola aparición en escena hace las delicias de los asistentes. Es tal su derroche de gracia que su propia hija -en escena y en la vida real- se beneficia a tal grado de considerarlo un rescate actoral. Pero lo que más asombra en I Need That es el discurso que maneja su autora para destruir el estigma que pesa sobre los individuos con estos trastornos de conducta. En una de las escenas climáticas del montaje, Sam explica a su hija que su afán por acumular objetos deriva de la muerte de su esposa porque es a través de éstos que pervive en la casa la memoria de su difunta cónyuge. Y como no este argumento no es manejado como una justificación forzada, el efecto que tiene es de comprensión por el dolor ante una pérdida tan significativa.

I Need That permanece en cartelera hasta el 30 de diciembre. Para boletos y horarios consulte: roundabouttheatre.com

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