Desde su estreno en Londres, la nueva versión del musical Sunset Blvd. atrajo el interés de la audiencia por atreverse a plantear una nueva forma de concebir el espectáculo teatral. Con un montaje híbrido de Sunset Blvd. que emplea un discurso audiovisual con cámaras y pantallas de alta definición, Jamie Lloyd consolidó su estilo en Broadway.
Uno de los miembros del elenco de Sunset Blvd. es el bailarín Raúl Contreras. Oriundo Monterrey, este mexicano llegó inicialmente a Nueva York para integrarse a una prestigiosa compañía de ballet.
“Yo crecí bailando danza folclórica, ese fue mi primer acercamiento a la danza. Y luego, al entrar a la preparatoria, conocí la danza contemporánea. Tuve también un acercamiento al hip-hop y me enamoré del baile, del movimiento. Por eso decidí estudiar la carrera de Danza Contemporánea en la Superior. Curiosamente, entré a la carrera pensando que iba a ser bailarín para el circo. Sin embargo, me enamoré de otros ritmos y disciplinas, descubrí lo que eran las compañías de danza y ballet contemporáneo. Y eso encauzó mis intereses.
Tras graduarme, la compañía del Ballet Hispánico me ofreció un contrato para mudarme para acá. Fue una experiencia increíble. La compañía me ayudó muchísimo a crecer como bailarín, como artista. Estuve con ellos una temporada y tuve la oportunidad de hacer giras en Europa, en Estados Unidos, conocí muchas ciudades y fue una experiencia maravillosa que atesoro muchísimo”.

Pero los caminos de la vida siempre tienen giros inesperados para sus viandantes y si bien el baile es la vocación de Contreras, una oferta irresistible estaba por llegarle desde el corazón de la Gran Manzana: incorporarse a Broadway.
“En realidad cuando estudié danza jamás pensé que iba a hacer teatro musical. Cuando estaba chiquito canté en el coro de Niños Cantores de Nuevo León; lo hice desde los cinco hasta los ocho años. Fue mi acercamiento a la cantada, pero en realidad no entrené lo que debería haber entrenado. Y estando aquí en Nueva York, fue que empecé a conocer la industria y pues me entró la comezón de audicionar para estos proyectos.
Pero ser bailarín y luego la transición a ser actor de teatro musical es todo un proceso. Durante mi primer ensayo donde tuve que cantar y bailar al mismo tiempo casi me desmayo. Los movimientos son súper intensos y además tienes que estar cantando. Y en ese entonces, no sabía cómo respirar; pero bueno, aprendí con el paso del tiempo”.

Sunset Blvd. es definitivamente el gran evento teatral de esta temporada en Broadway. Y mencionaste que realizaste ocho audiciones para poder estar en este show. Platícanos sobre el director de este montaje: Jamie Lloyd.
“Estoy muy contento y me siento muy honrado de poder estar en este proyecto y trabajar con él. Tengo la certeza de que este proyecto ha llegado a buen puerto gracias a sus líderes, no nada más Jamie, sino también Alan [Williams] y Fabián [Aloise], el director musical y el coreógrafo que nos guiaron como buenos capitanes del barco.
Obviamente, Jamie tenía las manos bien puestas en el timón. Nunca nos permitió dudar de lo que estábamos haciendo. Cuando vean el show se percatarán que posee un estilo muy particular. Y cuando estábamos en el estudio, Jimmy nos guió con certeza. Y fue increíble sentir eso porque, como artista, siempre quieres seguir a tu líder, a tu jefe, a tu capitán que posee ese ímpetu”.

Y esta versión de Sunset Blvd. ha tenido varias protagonistas. Y supongo que con cada una debe ser una obra distinta, ¿no?
“Sí, Nicole Scherzinger, Mandy González, Caroline Bowman y ahorita está Rashidra Scott como la standby, que también está increíble. Tienes toda la razón, con cada una es un show completamente diferente aunque igual de cautivador.
Nicole es una máquina, es un robot. No se ha perdido ningún show. Tuvo un periodo de vacación donde Mandy hizo seis, siete shows y Caroline hizo uno. Y la audiencia y toda la comunidad de Broadway vino y la apoyó y fue como tener un opening night otra vez”.
Oye, y ya para terminar: si te ofrecieran un protagónico en México, ¿te regresarías a hacerlo?
“Claro, obviamente, sin pensarlo. Extraño mucho a México, la comida, a mis amigos. Sí, está bien padre estar en Broadway. Y estoy muy orgulloso de poner a México y a Latinoamérica en alto. Sin embargo, es mucho sacrificio. Y también echo de menos a mi familia, mi cultura, pero pues… Hay que seguir trabajando”.