Dulcería

Querido dulce de leche: Welcome to NY

Manjar de los dioses, este ingrediente tan típico en Latinoamérica hace su entrada triunfal en la Gran Manzana en un bello local cuyas exquisiteces lo tienen como uno de sus ingredientes protagonistas.
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Muchos son los historiadores y libros que hacen hincapié cuando “nació” este dulce y de qué manera. Según el historiador argentino Balmaceda, en su reciente libro “La comida en la historia argentina” –absolutamente apasionante, por cierto– cuenta que al menos en el país sudamericano, allá por el 1829 nació del olvido de una cocinera (durante el acuerdo entre dos gobernadores para poner fin a la guerra civil que sufría el país por entonces) cuando al volver a la cocina, vio que la leche que había dejado en el fuego se había “caramelizado” y felizmente, antes de tirarla a la basura, la dejó enfriar, la probó y se dio cuenta que tenía resuelto el postre de esa noche. ¡Y vaya qué postre!

Sea como fuere, este “error” (bienvenido: por fin un error que queremos) se convirtió en uno de los ingredientes más queridos y consumidos en la pastelería en Sudamérica. En Perú, se le conoce como manjar blanco, en México como dulce de cajeta, en Estados Unidos como caramel (aunque no es lo mismo), y en el resto de los países simplemente como dulce de leche.

Esta mezcla de leche, azúcar y una pizca de bicarbonato (para darle color) se cocina a fuego lento por una buena cantidad de horas (dependiendo de la cantidad, claro) y se utiliza, una vez frío, en miles de opciones: unas que tienen decenas de variedades en el nuevo local Dulcería (@dulcerianyc) en el pleno corazón de Harlem en Manhattan.

Esta pequeña tienda –literalmente lo es en términos de espacio– ofrece una amplísima variedad de tortas, tartas, quiches, pies y otras delicias donde tienen al dulce de leche como uno de los protagonistas. ¡Los pequeños alfajores de maicena son una explosión de sabor! Y lo bueno, es que la cantidad de dulce en cada unidad supera lo permitido con lo cual, si quieres sacarte las ganas de este manjar, este es el lugar indicado.

Mis favoritas: las milhojas. Pequeñas capas de masa de hojaldre intercaladas con dulce de leche (algunas otras opciones tienen crema, mermeladas o chocolate) que merecen sentarse en la calma de casa, prepararse una buena taza de té o café –o por qué no: un buen vino blanco frío– y saborear cada bocado.

Este emprendimiento nació hace solo 5 meses y, a poco de abrir sus puertas, una pandemia global los puso a prueba. Sin embargo, uno de sus dueños (con un marcado acento chileno) me contaba felizmente que su local no se ha visto tan afectado por ser un espacio de take out, además de que ofrecen el servicio de delivery. Hay más de 50 variedades entre postres y tartas: las tienen en tamaño grande o en pequeñas porciones (por si uno quiere llevarse una caja con pequeñas variedades.)

Dentro de la variedad de postres están los mini tiramisú, cuya de crema de mascarpone es realmente exquisita, y lo bueno es que el bizcocho está en su punto exacto de humedad. El pie de limón (en ambos tamaños) también tienen ese balance exacto entre lo ácido y lo dulce, cosa que no es tan fácil de encontrar en pastelería, al igual que los merengues cuya textura se deshace en la boca.

Para expandir la oferta, además de la variedad de tortas, ofrecen diferentes panes, quiches saladas y, ahora, empanadas al horno donde encontrarán de carne, pollo, queso y, próximamente, vegetarianas. Definitivamente, Dulcería ¡llegó para quedarse! –al igual que el lavado exhaustivo de manos–. En plena avenida Frederick Douglas, casi esquina con la calle 120, este pequeño y chic espacio –de paredes de ladrillo y bellas bandejas con tapa de vidrio para exponer sus delicias– ofrece una gran variedad de exquisiteces para que sorprendas a los tuyos o te des un buen gusto este próximo fin de semana ¡o cuando quieras! (En esta cuarentena, todos los días son sábado y domingo).

Chequea más sobre ellos en www.dulcerianyc.com

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