Jenn Colella es Carrie Chapman Catt (Foto: Joan Marcus)
Jenn Colella es Carrie Chapman Catt (Foto: Joan Marcus)

Suffs: la historia de las sufragistas llega a Broadway

El musical Suffs exige, desde el escenario del teatro The Music Box de Broadway, un sufragio efectivo para la historia.
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Suffs: The Musical ha vuelto a politizar la escena de los musicales en Broadway como no se veía desde que Hamilton estrenara, hace casi quince años, en el 2015. Y es que los paralelismos con el musical de Lin-Manuel Miranda van más allá que solo abordar temas históricos; pues al igual que con el musical de la estrella hispana, la música, letra, libreto e interpretación de Suffs ha recaído en el talento de una sola persona: Shaina Taub.

Jenn Colella y la compañía de Suffs (Foto: Joan Marcus)

Oriunda de Vermont, Taub tiene a NYU como alma mater y, a pesar de su juventud, es una innovadora veterana de los musicales neoyorquinos. Anteriormente, fue responsable de crear música y letra para las adaptaciones musicales que el Public Theater montó de Noche de reyes (Twelfth Night) y Como gustéis (As you like it) para su teatro gratuito Shakespeare in the Park. Desde luego, esta compositora también tiene una discografía personal que confirma su talento como compositora.

Shaina Taub (Foto: Joan Marcus)

La historia de las sufragistas contada a través de la visión de Taub tiene la ventaja de no recurrir al ‘freestyle’ para dialogar. Simplemente, opta porque sus diálogos se enuncien de manera natural, lo que brinda un necesario descanso al oído y permite que el avance de la historia no pierda emoción. Pues si algo tiene Suffs es un buen manejo de la tensión dramática desarrollada en eficaces cuadros donde se enfrentan sus personajes.

Hannah Cruz y la compañía de Suffs (Foto: Joan Marcus)

El conflicto central de Suffs es demostrar los predicamentos que las sufragistas padecieron a inicios del siglo XX para alcanzar que el Congreso estadounidense les condiera el voto en 1920. Y también mostrar la pugna entre las facciones internas por obtener tales derechos femeninos. Por un lado está la postura conservadora de Carrie Chapman Catt (encarnada brillantemente por Jen Colella) que intenta contener a su antítesis liberal encabezada por Alice Paul (interpretada por la propia Shaina Taub) y al centro de ambas posturas está facción  afroamericana de Ida B. Wells (Nikki M. James).

Tsilala Brock & Grace McLean (Foto: Joan Marcus_

Es decir, las sufragistas combatían en dos frentes: el primero era aquel derivado de los conflictos internos y, desde luego, el común enemigo que tenían ante la tiránica postura heteropatriarcal del hombre, representada genéricamente por el presidente Woodrow Wilson. Propositivamente en Suffs el elenco es completamente femenino, todos los papeles de los caballeros son interpretados convincentemente por actrices. Incluso se suma esta vertiente la inclusión en el equipo de la directora Leigh Silverman. Esta iniciativa brinda al montaje un aspecto de credibilidad al representar la visión que algunas mujeres tienen sobre este pasaje de la historia estadounidense.

Anastacia McCleskey, Laila Erica Drew & Nikki M. James (Foto: Joan Marcus)

Es aquí donde este musical trasciende los escenarios de Broadway para convertirse en un vehículo de lucha y adquiere su valía como testimonio histórico. El musical posee cierto rigor académico al relatar los hechos sucedidos, aunque dejó fuera la presencia del movimiento femenino hispano liderado en Texas por Teresa Villareal. Sin embargo, el público que ve Suffs atestigua un episodio oscuro de la historia de Estados Unidos y descubre, tristemente, que la lucha por los derechos femeninos sigue en marcha. No es casualidad que dos nombres tan destacados como Hillary Rodham Clinton y Malala Yousafzai formen parte del equipo de producción del montaje.

Kim Blanck & compañía (Foto: Joan Marcus)

Técnicamente, Suffs cuenta con la excelencia que una industria teatral garantiza: impecable sonido e iluminación, una sobria pero elegante coreografía, y una deslumbrante escenografía que por igual recrea todo ambiente físico requerido: ya sea una oficina, una multitudinaria manifestación, la cárcel o la mismísima Casa Blanca.

La compañía de Suffs (Foto: Joan Marcus)

Pero además de sus méritos técnicos, Suffs eleva al musical a nuevas dimensiones al desprenderse de lo insustancial y apuesta por crear una conciencia social sin adoctrinar. Cumple su cometido e inspira a sus asistentes a procurar un mundo más equitativo e inclusivo. Ojalá que este subgénero del musical pudiese prosperar en el futuro y no dependiera tanto de la genialidad individual de sus creadores.

 

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