Adrienne Warren & Nick Jonas (Foto: Matthew Murphy)
Adrienne Warren & Nick Jonas (Foto: Matthew Murphy)

The Last Five Years y su cuenta regresiva para llegar Broadway

Broadway acoge al musical de Jason Robert Brown, The Last Five Years, con un elenco multiestelar del pop y de la escena.
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Aquel adagio de “no hay plazo que no se cumpla” se ha vuelto realidad para el romántico musical de Jason Robert Brown: The Last Five Years que, finalmente, se estrena en Broadway con dos rutilantes estrellas como protagonistas: Nick Jonas y Adrienne Warren.

Adrienne Warren & Nick Jonas (Foto: Matthew Murphy)

Este musical, que en español ha sido traducido como Los últimos cinco años, vio la luz por primera vez en el 2001 en Chicago y al año siguiente se estrenó en Off-Broadway; y desde entonces se ha convertido en una obra de culto.  Quizá sea por su forma de abordar el desamor y el fracaso o por su contenido semi-biográfico, The Last Five Years ha generado un gran número de seguidores que parecen defenderlo a capa y espada y atacar a quien se atreva a proponer un ‘sacrílego’ montaje. Y todo indica que esta nueva versión no ha tenido una aceptación unánime… Más adelante abordaremos este escabroso tema.

Nick Jonas & Adrienne Warren (Foto: Matthew Murphy)

Antes, quisiera revisar la peculiar estructura de la historia en The Last Five Years que exige una gran complicidad a su público: el tiempo que transcurre es, en efecto, un lustro; solo que uno de los personajes (Cathy) inicia la obra al final de esos cinco años, mientras que el otro (Jamie) lo comienza cronológicamente. Veamos si logro hacer más fácil la comprensión del avance de historia y discurso: Cathy inicia a contar su experiencia romántica desde el desencanto, al final de su relación amorosa: va del futuro al pasado; y Jamie explica su enamoramiento del pasado al futuro. La pareja solo coincide durante el día de su boda que es, desde luego, el único momento en que su presente se intersecta.

Anteriormente, Sondheim ya había propuesto una estructura de juegos temporales en su musical Merrily We Roll Along, cuya última versión también estuvo en el mismo Teatro Hudson donde ahora se presenta The Last Five Years. E incluso la obra de Harold Pinter: Betrayal, emplea la una narrativa semejante que va en retrospectiva. La innovación de Brown es que los dos protagonistas cuentan la historia en sentidos opuestos.

Las canciones se van alternando entre cada uno: las piezas de Cathy inician siendo tristes y las de Jamie alegres, terminarán a la inversa y solo cantarán a dueto en la escena matrimonial. De hecho, este es el único momento de la obra en que los protagonistas se tocan y se acarician con la mirada. El hecho de que solo sean dos personajes lo convierte en un musical fácil de montar (quizá de allí sus seguidores) pero que requiere de actores capaces de interpretar la ilusión de un nuevo amor y el trago amargo del fracaso de manera convincente en una historia que, para este montaje de Broadway solo dura una hora y media, sin intermedio, un auténtico tour de force vocal y emocional.

Nick Jonas (Foto: Matthew Murphy)

Retomemos ahora las quejas generalizadas de esta versión en Broadway de The Last Five Years, dirigida por la premiada directora Whitney White. Se ha comentado la simpleza de su diseño escénico: coreografía, vestuario y escenografía. La verdad es que añadir sofisticación en estos rubros dificultaría el transcurso de la obra. Es muy sencillo bañar con luz roja al cónyuge apasionado y con luz azul, al que solo experimenta frialdad; muy gastado recurso, pero efectivo. Los edificios neoyorquinos en miniatura funcionan como decorado y atrezo y se mueven fácilmente para agilizar el complicado trazo escénico, lo práctico sobre lo estético.

Adrienne Warren (Foto: Matthew Murphy)

Los actores has sido vituperados por ser cantantes pop, Nick Jonas, y en el caso de Adrienne Warren se dice que su rango vocal es muy potente para el personaje, es decir que suena mucho a Broadway. Pero la verdad es que, sin obnubilados apasionamientos, ambos cumplen su rol de manera efectiva. Es cierto, hay momentos en que Nick Jonas asume poses y movimientos como si estuviera dando algún concierto con sus famosos hermanos, pero esa fuerza en el escenario también provee a la historia de un dinamismo muy necesario.  En cuanto a Adrianne Warren, si bien es mucha voz para una personaje tan apocada, escucharla cantar la partitura es una delicia.

El musical concebido totalmente por Jason Robert Brown: letra, música y libreto, llega a Broadway con una versión meritoria, que si bien no es excepcional tampoco es catastrófica como se ha divulgado. Y ver todo este talento conjuntarse en escena bien puede ser un motivo de celebración teatral.

 

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