La Orquesta Filarmónica Checa está llevando a cabo un momento histórico con tres conciertos en el prestigioso Carnegie Hall de Nueva York como parte del cierre del Año de la Música Checa. Este evento, que incluye la participación de figuras de renombre como Yo-Yo Ma y Daniil Trifonov, representa un homenaje a los grandes compositores checos como Smetana y Dvořák. David Mareček, director general de la filarmónica, destacó la importancia de esta ocasión, a la que también asistirá el presidente checo Petr Pavel.
El programa, cuidadosamente diseñado, refleja la riqueza de la música checa. La primera noche incluye el concierto para violonchelo de Dvořák interpretado por Yo-Yo Ma, mientras que la segunda presenta su concierto para violín con Gil Shaham. La obra de Smetana “Mi Patria” resonará en el Carnegie Hall, recordando al público la grandeza de este compositor que creó su obra maestra tras quedar sordo.
El segundo concierto también explorará la conexión checa con Gustav Mahler, compositor nacido en lo que hoy es la República Checa. La Filarmónica interpretará su Sinfonía n.º 5, una obra cargada de las influencias culturales y musicales centroeuropeas que caracterizan a Mahler. Según Mareček, esta selección representa un puente entre las tradiciones checas y el contexto internacional de la música clásica.
El evento culminará con la interpretación de la “Misa Glagolítica” de Leoš Janáček, una obra monumental que reunirá a la Orquesta Filarmónica Checa, el Coro Filarmónico de Praga y solistas destacados. Este concierto final contará con la participación de Daniil Trifonov y promete ser el punto más alto de esta celebración musical. Además, el Coro Filarmónico ofrecerá un concierto adicional en Times Square, llevando la música checa a un público más amplio.
Con esta serie de conciertos, la Orquesta Filarmónica Checa consolida su reputación internacional y celebra su legado cultural, demostrando cómo la música puede conectar a las personas a través de fronteras y generaciones. El Año de la Música Checa cierra con broche de oro, dejando un legado imborrable en el Carnegie Hall.